sábado, 1 de noviembre de 2008

Robaba tarjetas y se disfrazaba como el dueño para lograr dinero

noticia de Correo de Andalucía.

Iria Comesaña

El hombre entraba en cualquier sitio del que pudiera llevarse tarjetas de crédito, luego se disfrazaba para parecerse a la foto del carné e iba al banco a sacar dinero. Siempre lo conseguía, sin despertar las sospechas de los empleados. En cinco meses logró al menos 14.000 euros empleando 25 tarjetas, y al ser detenido, se comprobó que en marzo se le arrestó por 13 casos más.
La Policía Nacional ha detenido a Carlos M.V., de 35 años, con 26 detenciones anteriores y dos reclamaciones judiciales por otros casos de estafa bancaria, como autor de varios delitos de hurto –robo sin violencia–, estafa y usurpación de estado civil, que es como se califica el delito de hacerse pasar por otra persona, en este caso empleando su documentación.
La investigación comenzó en mayo, cuando se detectó un incremento de denuncias en Sevilla y varios pueblos de la provincia por robos de documentación y posteriores extracciones fraudulentas en bancos.
La forma de actuar se parecía tanto en todos los casos, que los agentes sospecharon desde el primer momento de un individuo con un amplio historial de delitos contra el patrimonio, sobre todo hurtos y estafas bancarias.
El hombre robaba bolsos, riñoneras o carteras en las que podía haber documentación aprovechando siempre un descuido: entraba en gimnasios y revisaba las bolsas de deporte, abría coches de personas que se habían bajado un momento sin molestarse en subir las ventanillas e incluso se arriesgó a hacerse pasar por electricista para entrar en empresas privadas y organismos públicos. Usaba un mono de trabajo para hacer creíble su artimaña, y le surtía efecto, porque lograba convencer a quienes encontraba en su camino.
Ya con la documentación en la mano, se disfrazaba para asemejarse a las fotografías del DNI y acudía al banco, con las tarjetas, para sacar dinero. No tenía mala pinta, por lo que no levantaba sospechas, y sus rasgos faciales no eran muy marcados, por lo que le resultaba más fácil hacerse pasar por otra persona.
Su estrategia era tan buena que, aunque por casualidad la inmensa mayoría de las tarjetas que robó pertenecían a la misma entidad bancaria –un 80% de ellas–, los empleados no sospecharon, y hasta se asombraron cuando los agentes acudieron a revisar las grabaciones de las cámaras de seguridad para verificar que se trataba del hombre del que sospechaban.
De esta forma, en pocos meses logró sustraer unos 14.000 euros. La Policía le imputa 25 delitos en Sevilla y su provincia, Cádiz y Córdoba.
Además, cuando fue detenido se comprobó que también lo había sido el pasado mes de marzo, un par de meses antes del inicio de esta tanda de robos, por idénticos delitos. Entonces se le atribuyeron 13 casos.
En libertad. El detenido fue arrestado por agentes del distrito Triana, y llevado ante un juez, que lo puso en libertad, a pesar de que la reincidencia y de que los delitos que se le atribuyen podrían conllevar penas de cárcel. En concreto, la estafa, y en particular si la cuantía excede de 400 euros, supone penas de entre seis meses y tres años de cárcel. Si se comete abusando de la firma de otro, o sustrayendo documentos oficiales de cualquier clase –como el DNI–, la pena podría alcanzar los seis años.

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